Para Frank Morrice, presidente de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir), el mercado inmobiliario en Panamá precisa de la migración para oxigenarse.
Charles Oppler, presidente electo 2020 de la National Association of Realtors, considera que el mayor cambio en el sector de bienes raíces ha sido el crecimiento, por la expansión de la economía.Larish Julio | La Estrella de Panamá
En una entrevista con La Estrella de Panamá, el ejecutivo que tomó posesión en el cargo este miércoles, destacó que “de nada sirve que los clientes inviertan si no se ocupan las viviendas; no se trata de traer la plata, necesitas ocupantes y, al final, el crecimiento de la población es lo que llevará a la ocupación de esos inmuebles”. “El tema migratorio es muy importante para Panamá, si queremos colocar el sobreinventario que hay”, aclaró, además, la sobreoferta existente es el resultado de un cóctel en el que se conjugaron la construcción masiva y la reducción de la migración hacia suelo canalero en los últimos años. “Conozco a clientes que volvieron a sus países y, al final, esa persona se va y queda vacía la propiedad”.
Morrice puntualizó la necesidad de retomar estrategias para promover a Panamá como un lugar de retiro y de segunda vivienda, propicio para hacer inversiones y “desarrollarla en el ámbito regional a través de la ley de Operación de Sedes de Empresas Multinacionales (SEM) para que la absorción del exceso de inventario suceda. Hay números que nos indican que tomará de cinco a siete años subsanar esta situación y, para solventarlo, debemos establecer las condiciones que lo permitan”.
“Actualmente estamos en una coyuntura en la que los valores en EEUU están en niveles altos y hay poca oferta de inventario, mientras que Panamá muestra lo contrario: han venido cayendo los precios debido al exceso de oferta y la poca demanda, lo que quizá deja en la ecuación al potencial comprador americano”, mencionó el nuevo presidente de la junta directiva del gremio.
Añadió que entre los desafíos en la actualidad, destacan las deficiencias en la legislación de corretaje, que deberán ser enmendadas para permitir la entrada de más corredores al mercado.
Frank Morrice, presidente de Acobir, cree que ayudar a los corredores a trabajar de forma más colaborativa e incorporarlos en la asociación para elevar el nivel, son algunos de los retos principales.
Por otra parte, la organización “está desempeñando su papel en la revisión de la Ley de Arrendamiento con el gobierno. Es una ley que viene de 1974 y, en efecto, sentimos que hay que modernizarla para punzar la inversión y lograr que el comprador que venga, sienta que cuando invierte con la intención de arrendar, está en una apuesta sana y protegida”.
Subrayó que Acobir desempeña un rol valioso como lobby hacia el gobierno para estructurar procesos más eficientes y lograr que los costos sean manejables para el consumidor.
Alianzas
Durante su reciente visita a Panamá, Charles Oppler, presidente electo 2020 de la National Association of Realtors (NAR), comentó a este medio que Panamá sigue siendo un hub estratégico para la inversión inmobiliaria. “Hay sobreoferta, así que para los compradores es una buena oportunidad adquirir a buenos precios”, dijo, un escenario que comparó con el de Miami, Florida, en el período de 2007 a 2011, cuando había un gran inventario, hasta que las propiedades fueron adquiridas por suramericanos, europeos y rusos.
“El mundo debe conocer el valor de Panamá: llegas en un vuelo de cuatro horas y veinte minutos desde New Jersey y sin escalas; es una gran oportunidad. Además, muchos de los que residen hacia el norte de Estados Unidos buscan países con una sola estación para adquirir su segunda residencia”.
El ejecutivo estadounidense que ha sido realtor por más de 30 años, opinó que “estar cerca de la playa, contar con una ciudad vibrante y una economía americana” son algunas de las cosas que Panamá ofrece, además de “la conectividad que permite llegar desde casi cualquier lugar del mundo”, sin dejar a un lado que algunas compañías pueden reubicar a su personal en el país, donde se han establecido algunas sedes principales.
Sobre los próximos cinco años, Oppler remarcó que las proyecciones son positivas. “Debido a los códigos fiscales que se implementaron en 2018 en Estados Unidos, habrá gente pasando a retiro más temprano para tener un estilo de vida más económico y sencillo. Creo que Panamá será un lugar muy atractivo para esto”.
Explicó que los desafíos del mercado de bienes raíces se enmarcan en los condicionantes de cada plaza. En Estados Unidos, según argumentó, disponen de un inventario distinto debido a que los dueños de propiedades permanecen en éstas por más tiempo y hay menos viviendas disponibles; además, durante la recesión de 2007 a 2011 las constructoras ejecutaron menos proyectos, así que la oferta se redujo. En un escenario distinto, como el de Panamá, “las desarrolladoras son optimistas y siguen avanzando aunque haya sobreoferta. Ese optimismo también es el resultado del acceso directo que existe desde muchos lugares en Estados Unidos a Panamá, además de la ubicación del país, que es la entrada a Suramérica y también funge como la base de diferentes tipos de negocios; de manera que el reto es asegurarse de que el mercado sepa cuan maravilloso es Panamá”.
“Lo que he visto durante mi de estancia es que muchas personas ven a este país como su hogar y entiendo por qué las compañías lo han elegido como su sede principal, una realidad que sé que continuará en ascenso porque existen bases comerciales, la comprensión de las diferentes etapas del negocio de bienes raíces y muchos profesionales deseosos de adquirir aprendizaje y hacer las cosas de la manera correcta”, remarcó.
En 2016, NAR y Acobir firmaron un acuerdo bilateral que sugirió la oportunidad de coordinar misiones comerciales, de Panamá hacia Estados Unidos, y viceversa. “Tener alianzas como esta es una manera de crear conciencia en torno al país como un lugar potencial de inversión. NAR cuenta con 1.4 millones de corredores que al final se convierten en embajadores de Panamá”, concluyó Morrice.
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